La guerra pone contra las cuerdas a la automoción

Las consecuencias económicas de la guerra que se libra en Ucrania están azotando con fuerza al sector automovilístico. Algunas marcas ya han parado la fabricación de ciertos modelos porque, a la famosa crisis de microchips que se venía arrastrando desde hace meses, se suma ahora la falta de otros componentes esenciales para la producción de vehículos. Por un lado, los principales suministradores de cableado para automoción están en Ucrania y permanecen parados a causa del conflicto. Por otro, materias primas básicas para la industria automovilística, como el aluminio y el acero, proceden principalmente de aquel país y de su invasor, Rusia, por lo que actualmente su suministro atraviesa gravísimos problemas.

«Los datos iban mejorando, se notaba más interés en la gente, venían más clientes a los concesionarios y la cosa estaba empezando a despegar, pero esto de Ucrania lo ha parado todo de nuevo. Hay muchísima incertidumbre y los consumidores se retraen, porque comprar un coche es una inversión importante y, tal y como está la cosa, muchos optan por esperar», explicó este viernes Manuel Tosar, responsable de Celta Motor en Pontevedra, quien añadió que «a esto se suma el hecho de que en ciertos modelos las marcas no pueden comprometerse con una fecha de entrega. Hay que tener en cuenta que la mayor fábrica de cableados para automoción de Europa está en Ucrania, parada, y esa era la espina dorsal para la fabricación de muchos automóviles. Todo esto está perjudicando muchísimo al sector».

«La realidad es que las matriculaciones siguen más de un30% por debajo de las cifras prepandemia y que la falta de stock es la circunstancia que más está impactando. Las ventas de febrero también confirman que el contexto, al que ahora hay que incluir la guerra de Ucrania, tampoco está contribuyendo ahora mismo a que haya un cambio de tendencia, lo que nos está abocando a que se alargue el estancamiento del mercado», sentenció Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto.

«Si se esperaba que las tensiones en la cadena de suministro fueran mejorando a lo largo de 2022 y fueran liberando parte de la demanda retenida, la invasión de Ucrania por parte de Rusia tumba las previsiones, teniendo en cuenta que ambos países abastecen de materias primas para la fabricación tanto de vehículos como de dispositivos tecnológicos», añadió Tania Puche, directora de comunicación de Ganvam.